La alimentación es el pilar fundamental en la vida y el desarrollo de todos los seres vivos, su función es imprescindible para la supervivencia. Las reacciones químicas que se producen dentro del cuerpo humano son esenciales y necesarias para su buen funcionamiento, dependiendo de la aportación e ingesta de nutrientes, por lo que de la cantidad, variedad y calidad de los alimentos que se consuman va a depender que el organismo funcione correctamente y tenga una vida sana, o por el contrario que muestre síntomas o indicios de alguna debilidad, carencia o enfermedad.
Y la salud bucodental no es una excepción. La alimentación juega un papel muy importante en el mantenimiento de una buena salud oral, dado que, si no se sigue una dieta adecuada, es mucho más fácil que aumente la incidencia de enfermedades periodontales, caries, sangrado de las encías, etc., tal y como apunta el equipo profesional de la Clínica Gaudí de medicina y estética dental, con más de treinta años de experiencia.
La creación de hábitos alimenticios correctos desde la infancia facilita su continuación en etapas posteriores, y hay alimentos especialmente saludables para la cavidad oral. Algunas de las recomendaciones que pueden contribuir a mantener una boca sana, son:
– Mantenimiento de una hidratación adecuada. La saliva ayuda a neutralizar los ácidos en la boca, su composición es 99% agua, por lo que es sumamente importante mantener un adecuado estado de hidratación para producirla, como beber agua a diario e incluir en el menú alimentos como sopas, caldos, gelatinas…
– Consumo de lácteos. Alimentos como la leche, el queso o el yogur son una excelente fuente de fósforo y calcio. El calcio es un mineral muy importante en la formación de los dientes y huesos y que contribuye a que el esmalte dental se mantenga en perfectas condiciones. Importante también es su aporte en caseína, una proteína que protege los dientes de la desmineralización.
– Consumo de pescado. Las sardinas, salmón, atún… junto con los lácteos son la principal fuente de vitamina D, necesaria para la formación y mantenimiento de la masa ósea y también para evitar su pérdida.
– Frutas y verduras. Alimentos ricos en fibra y agua, que tienen un bajo potencial para desarrollar caries, y que además ayudan a equilibrar los azucares y estimular la producción de saliva. Así, por ejemplo, comer una manzana cruda al día, una zanahoria cruda o un palo de apio además de favorecer la salivación por el ejercicio de masticación que se realiza, ayudan a limpiar y mantener los dientes. Las naranjas, limones, fresas, perejil o brócoli aportan los beneficios de la vitamina C, un potente antiinflamatorio, que ayuda a la regeneración y reparación de los tejidos. La falta de vitamina C en el organismo produce encías sangrantes.
– La cebolla y el ajo. Ambos son unos excelentes antibióticos naturales que previenen la gingivitis y el sarro.
– Los frutos secos. Las almendras y avellanas son una fuente extraordinaria de vitamina E, necesaria para prevenir y reducir la inflamación de las encías.
– Alimentos ricos en flúor. Como el marisco, pescado o vegetales verdes, son ricos en flúor, un mineral que previene el desarrollo de la caries y aumenta la resistencia del esmalte dental. Actualmente está presente en la gran mayoría de pastas dentales y enjuagues bucales.
– Alimentos ricos en fósforo. Como los huevos, leche, legumbres o pescado son ricos en este mineral, el cual junto con el calcio son los principales componentes de los dientes y huesos, tal es su importancia que el 85% del fósforo presente en nuestro organismo se localiza en huesos y dientes.
– Las infusiones. La manzanilla o el té, nos ayudan a prevenir la sequedad bucal. La salvia previene del mal aliento. El té verde tiene un gran efecto antiinflamatorio, ayuda a reducir la placa bacteriana y disminuye la presencia de caries.
Planificación semanal de las comidas
La falta de tiempo, las prisas, la rutina o simplemente la comodidad pueden ser motivos por los cuales la alimentación no es todo lo sana y equilibrada que debiera. Dedicar un rato a la semana a planificar y elaborar las comidas puede ser un recurso muy positivo para nuestra salud. Esta planificación puede ser más específica o general, dependiendo de las necesidades de cada persona y sus circunstancias de vida, si bien es importante que la alimentación semanal incluya todos los grupos alimenticios, carne, pescado, frutas, verduras, lácteos…
Y es que el consumo de determinados alimentos es esencial en el cuidado de nuestros dientes y nuestras encías, ya que hay alimentos que aportan flúor y grandes cantidades de las vitaminas necesarias para la buena salud dental.