Hace unos meses, navegando por internet, me llamó la atención una página web, la de la empresa Liqui Stocks, una compañía especialista en la venta de liquidaciones de stocks al por mayor. En su portal vi que vendían una partida de zapatillas de esparto y lona, ambos materiales muy cómodos y naturales, y pensé que eran ideales para trabajar y pasear por el campo, lo cual despertó en mí las ganas que siempre había tenido de contar con mi propio terreno que trabajar para montar un huerto ecológico.
El cambio climático ya lo tenemos encima. Cada vez somos más conscientes de la importancia de la ecología, ya que esta trata de todo lo relacionado con la salud del planeta y por tanto con nuestras vidas, por ello últimamente y cada vez más están en auge la comida ecológica y los huertos ecológicos, para comer de una manera más sana y también para evitar llenar la Tierra de deshechos de envases que son tan difíciles de asimilar por la misma.
Por si estáis interesados en cultivar vuestro propio huerto ecológico, os dejo algunos prácticos consejos sobre cómo comencé yo el mío. Lo hice en un pequeño terreno que tenían mis padres en el pueblo y que apenas usaban.
Empecemos por el principio
Primeramente es muy importante que la tierra donde vayamos a instalar nuestro huerto ecológico, que puede ser urbano, en una terraza con macetas, o en el campo, esté libre de pesticidas y de cualquier otro producto dañino para nuestras futuras plantas. Asimismo, debemos cavar la tierra y eliminar las malas hierbas para que no se mezclen con nuestras semillas. Es importante escoger un lugar que sea soleado para que nuestros cultivos reciban la mayor cantidad de horas de sol posible, así como es conveniente que esté orientado al sur, ya que esto hará que se desarrollen fuertes y sanos y tengan el suficiente calor para madurar.
Debemos abonar bien la tierra, y para ello no hay nada mejor que realizar nosotros mismos nuestro propio abono orgánico o compostaje. En un rincón de nuestro jardín o en unos compostadores, iremos mezclando sucesivas capas de restos de poda del jardín con tierra y restos de comida, como pueden ser cáscaras de plátano, de huevo, peladura de patatas, de manzanas, restos de limpiar las verduras, posos de café, etc., a lo que añadiremos estiércol de animales de granja o de corral y agua para facilitar su descomposición, aireándolo de vez en cuando, ya que así se produce un proceso de fermentación que dará lugar a un excelente abono. Todo ello al cabo de unos tres o cuatro meses estará lo suficientemente descompuesto para añadírselo a la tierra de nuestro huerto, y así fertilizarla y poder conseguir que nuestras futuras plantaciones se desarrollen con los nutrientes necesarios.
Una vez producido el compost, lo mezclaremos con la tierra de nuestro huerto, y realizaremos los surcos donde iremos sembrando. Unas veces las semillas se pueden plantar directamente en la propia tierra, otras veces habrá que hacerlo en semilleros para que cuando sean un poquito grandes podamos transportarlas al huerto.
Tendremos que controlar y mantener a raya las plagas, que se combatirán siempre sin el uso de pesticidas, a veces con la ayuda de pequeños animales o insectos beneficiosos que combatan a los dañinos y otras veces colocando una variedad de plantas al lado de otras, de tal manera que sean complementarias.
Tener un pequeño huerto ecológico en casa es una forma sana de alimentarse, de estar entretenido, rebajar el estrés de la vida diaria estando en contacto con la naturaleza y una forma de enseñarles a los niños el ciclo de la vida. No nos va a sacar de comprar comida en el supermercado ni tampoco no llevará a un gran ahorro en la cesta de la compra, pero al menos estaré produciendo para nuestro consumo verduras, frutas, legumbres y hortalizas que sabemos de dónde vienen, que son ecológicas y, como decíamos, será una gran forma de llenar nuestro tiempo de ocio en un lugar natural que nos hará liberarnos del estrés.