Antes de cumplir treinta años lo cierto es que apenas me preocupaba de cuidarme, pero con la entrada en esta nueva década empecé a sentir más necesidad en cuidarme y en elegir productos más naturales.
Empecé a tener mucho más cuidado a la hora de elegir muchos productos de cuidado personal e higiene. Antes no me paraba en absoluto a mirar si el producto era o no natural, ahora hasta me compraba productos 100% naturales para geles vaginales. Este me costó encontrarlo, pero di con este producto en Comercialapra, una tienda online con un amplio catálogo de productos para higiene.
Una de las cosas que más empecé a cuidar junto con el pelo es la piel. Una piel bonita es la clave de un aspecto saludable y, cuando empiezan a salirte las primeras arrugas te das cuenta de lo importante que es evitar exponerse mucho al sol y una hidratación diaria.
Empecé a disfrutar de pequeños rituales de cuidado diario, tuve muy en cuenta mi tipo de piel a la hora de elegir este ritual. Y es que, una de las cosas que aprendí rápidamente fue a distinguir entre los distintos tipos de piel.
Cuál es el mejor Ritual de Cuidado según tu Tipo de Piel
Es importante conocer las características de cada tipo de piel y saber identificar cuál es la nuestra. Una vez que sepamos qué tipo de piel tenemos, podremos elegir los productos adecuados y específicos, y cómo limpiar y cuidar nuestro rostro.
Hay cuatro tipos de piel: normal, seca, grasa y mixta. El tipo de piel nos viene dado por nuestra genética, pero hay factores externos e internos que la afectan y pueden variar considerablemente su estado.
La Piel Normal, este es el tipo de piel menos común. Muy afortunadas quienes tengan este tipo de piel, ya que solo necesitaremos los cuidados básicos para mantener su hidratación normal, que se caracteriza por ser resistente y flexible, lo mejor para este tipo de piel son productos de textura fluida para no engrasarla demasiado.
En caso de tener este tipo de piel conviene limpiar el rostro dos veces al día (mañana y noche) con espuma o gel limpiador sin jabón. A continuación, aplicar un tónico sin alcohol. Por las mañanas una crema de hidratación fluida y contorno de ojos. Una vez a la semana es también muy interesante aplicar una mascarilla.
En caso de tener la Piel Seca, si bien nuestra piel luce fina y suave, con los años empezará a mostrarse algo más áspera, ya que las glándulas sebáceas tienen menos actividad. Si bien, para ningún tipo de piel conviene exponerse mucho al sol, si teneos la Piel Seca tenemos que tener mucho cuidado con factores como el sol, el frío y el viento si queremos evitar la proliferación de arrugas.
Para este tipo de piel conviene aplicar crema hidratante y antiarrugas de día y mañana. Por la noche, limpiar y desmaquillar con crema limpiadora.
No debemos olvidarnos tampoco de una buena crema nutritiva y antiarrugas (sobre todo a partir de los 38-40 años) antes de acostarnos, para que la piel se hidrate mientras dormimos. Una vez a la semana aplicamos una mascarilla nutritiva e hidratante y exfoliaciones repartidas dos veces a la semana.
En caso de tener una Piel Mixta, uno de los tipos de piel más común, nos encontramos con un tipo de piel que es algo más grasa y brillante en zonas como la frete, nariz y mentón. En caso de tener una piel mixta es conveniente aplicar dos veces al día (mañana y noche) un gel equilibrador para limpiar el rostro. También un tónico sin alcohol y crema hidratante. Realizar exfoliaciones una vez por semana, así como mascarillas equilibradoras también una vez por semana.
Por último, la Piel Grasa. Este es mi caso y uno de los tipos de piel a los que hay que dedicarle más cuidados. En este caso, nos encontramos con un exceso de grasa debido a que las glándulas sebáceas tienen una mayor actividad. Lo positivo es que este tipo de piel no es propensa a la aparición de arrugas, pero, por el contrario, podemos tener un tono de piel apagado y con brillos.
A la hora de escoger nuestra crema hidratante podemos decantarnos por una que contenga aceites naturales reguladores de la secreción de grasa y seguir con los cuidados con una hidratación dos veces al día con un gel equilibrador. A mí, un tratamiento que me ha venido estupendamente para mi tipo de piel han sido las mascarillas de arcilla, ya que ayudan a regular el exceso de grasa y puedes aplicarlas de una a dos veces por semana.