Somos lo que comemos o, más bien comemos como somos, es decir, rápido. El ritmo frenético al que estamos sometidos, nos obliga a comer de forma rápida y de cualquier manera o en cualquier lugar. Los horarios de trabajo o incluso lectivos, invitan a comer malamente de forma continuada. En otras ocasiones, el mal comer o decantarse por un tipo de comida, es una cuestión de gusto particular o mera pereza.
La vilipendiada comida rápida, ha sido durante décadas, el punto fuerte de este tipo de alimentación. La rapidez con la que te sirven en el restaurante, la facilidad para comerla sin necesidad de sentarse siquiera y sus, relativamente, precios económicos, la coronaron como tal. Pizzas, hamburguesas o perritos calientes son las estrellas de este tipo de restaurantes en los que la oferta no es muy variada, pero resulta siempre atractiva.
Es fácil encontrar colas en este tipo de restaurantes, siempre a punto para servir sus hamburguesas o lo que oferten, en un tiempo récord. Los menús son siempre la misma cosa: hamburguesa o perrito, patatas o complemento (no va más allá de unos aros de cebolla, patatas o una mini ensalada en el mejor de los casos) y un refresco. Para terminar con el menú, una carta de postres que van desde el helado hasta el brownie sin pasar por otras opciones.
Sin embargo, a la gente le encanta. La oferta de fast food, ciertamente ha variado en los últimos tiempos: hamburguesas, pizza (lo de siempre), se han encontrado de frente con competencia más exótica: burritos, arepas, kebab, pollo frito y cosas similares. Nada excepcional.
En todas estas cadenas, porque suelen ser cadenas, suelen poner su lado verde y sano de la mano de ensaladas que pueden pasar por saludables pero en realidad, no lo son. Solo las salsas que añaden ya incrementan su aporte calórico de forma sustancial. Además, que los toppin que añaden, suelen ser bastante grasientos: pollo empanado o quesos grasos.
Desde Cool Bakery nos hemos acercado a la revisión de un clásico: el fast food hecho cool. En pleno auge, la casual food, va ganando el terreno en la restauración, abriendo el campo de la fast food a mayor público y clientela.
¿Qué es casual food?
Podría decirse que la casual food es una fusión entre la real food y la comida rápida, pero no es tanto. Si se acerca más a la comida menos procesada y más sofisticada, apoyada en ingredientes frescos y naturales, aunque no llega a ser real food.
Casual food es la reconversión de la hamburguesa, la pizza o los platos típicos de la comida rápida, elaborados con más mimo y exigencia. Una hamburguesa casual se semeja más a la que podrías hacerte en tu casa utilizando los mejores ingredientes.
Los restaurantes casual food, son más sostenibles, incitan a un consumo más responsable y promueve el reciclaje utilizando productos cien por cien reciclados y reciclables.
Aquellos que no disponen de tiempo para comer en casa o acudir a un restaurante, pueden comer en este tipo de restaurantes cuyo concepto esta a la vanguardia de la comida rápida. Rapidez en los platos a servir, fácil consumo y con un take away digno del más ocupado ejecutivo.
En estos establecimientos, la carta suele variar más y ofrecen diversos tipos de comida estilo fusión. Mezclan platos y culturas de forma singular sin excederse. Juegan con la importancia de la presentación de sus platos de forma más visual y reducen las grasas hidrogenadas en sus preparaciones.
Se trata sin lugar a dudas de la versión cool de una hamburguesería, con la diferencia fundamental de que en las casual food, no suelen centrarse en un tipo concreto de platos: bocadillos, pizzas, focaccias, hamburguesas y ensaladas pueden formar parte de la misma carta. La variedad ya invita a decantarse por un casual food antes que por un fast food.
Cuidan la presentación, sirven buen café y hasta cuentan con bollería para los desayunos que nada tienen que envidiar a una pastelería. En muchos de estos restaurantes, los ingredientes están a la vista del comensal, pudiendo elegir los que desea incluir en su plato. Se trata por tanto de una comida de fácil y rápida preparación que evita los procesados y se vale de elaboraciones algo más sofisticadas que una fast food.
Los precios, asequibles y acordes con la calidad. En muchas ocasiones, inferiores a las conocidas cadenas de hamburguesas que se coronan como reinas del mambo.
Su horario también es amplio y con cocina abierta todo el día, al igual que los fast food.
Básicamente, esto es la comida casual food. Comida rápida como hecha en casa. Eludiendo procesados y ofreciendo cartas más variadas con una presentación muy atractiva.
Aunque sea casual food, que sea casual
Eso, es. Puede ser más saludable que la fast food. Sin duda una mejor opción. Aun así, no es conveniente abusar de este tipo de comida. Los platos, aunque mucho más cuidados y alejados de la fritanga y los rebozados imposibles, suelen contar también con aportes calóricos elevados que conviene tener en cuenta y controlar.
Una hamburguesa, no deja de ser una hamburguesa y unas patatas fritas, tampoco. Diferencia hay entre casual y fast, la casual será carne y solo carne, que irá a la plancha y no procesada y prensada con no sabemos qué. Las patatas, con total seguridad, cortadas y fritas en el momento y no congeladas.
Las ensaladas serán verduras frescas y no procederán de envases o bolsas de plástico con textura sintética. Las pizzas tampoco contarán con masas ultraprocesadas y congeladas, con ingredientes igualmente ultraprocesados. Se elaborarán con ingredientes frescos y del día.
No obstante, la pizza, seguirá siendo una pizza y comerse una pizza entera aunque sea individual, no deja de ser una barbaridad nutricional. Todo esto es aplicable a la gran mayoría de cartas de casual food, dado que las raciones, esa es otra de sus grandes bazas, suelen ser bastante considerables.
Por ello, de vez en cuando, una comida casual es una excelente opción. Si hay que recurrir a la comida exprés con asiduidad, sin duda, mejor esta que el fast food.
Para aquellos a los que simplemente les guste comer fuera de vez en cuando y no por necesidad, estos establecimientos son ideales para poder probar distintas elaboraciones. Los fans de la hamburguesa o los bocadillos o sándwiches más espectaculares, pueden encontrar en los restaurantes de casual food todo tipo de los mismos, con diferentes tipos de carne y acompañamientos.
Aquellos que busquen algo más exótico, los poke hawaianos están haciéndose un hueco importante en el sector. En este caso, los bols están llenos de ingredientes saludables, sin procesar y sin añadidos industriales. Tu mismo confeccionas el bol según tus preferencias.
Otro de los factores añadidos de estos restaurantes es la inclusión en sus cartas de platos vegetarianos. Esto es un plus para atraer clientes que por norma general no acuden a los fast food debido a que no hay oferta para ellos. Incluso hamburguesas veganas que ofertan determinados fast food, dejan mucho que desear. En cambio, los casual food, no desdeñan a este tipo de clientela y ofrecen productos aptos para ellos, añadiendo valor a sus locales.
No hay mucho más que añadir al respecto de este tipo de comida rápida. Se trata, como decíamos al principio, de la vanguardia del fast food. Los restaurantes casual food han tomado el relevo de sus predecesores, llevándolos a otro nivel y ensalzando la mal vista comida rápida.
Desconocemos que será lo próximo, pero si sabemos que el casual food, ha llegado para quedarse.