En la actualidad, las certificaciones de sostenibilidad están cobrando una relevancia que no se puede pasar por alto. Cada vez son más las empresas que buscan obtener sellos verdes que acrediten su compromiso con el medio ambiente. Ya sea por razones éticas, comerciales o incluso para cumplir con exigencias legales, tener una certificación sostenible puede marcar un antes y un después. Pero, ¿Cómo obtenerla? ¿Qué procesos legales se deben seguir para conseguir este tipo de reconocimiento? A lo largo de este artículo vamos a desglosar todos los pasos implicados en obtener las certificaciones de sostenibilidad y cómo las empresas pueden aprovecharlas para mejorar su imagen, aumentar su competitividad y cumplir con normativas ambientales.
El valor de los sellos verdes en el mercado actual.
La creciente preocupación por el cambio climático y el impacto que nuestras acciones tienen en el planeta ha dado lugar a una demanda masiva de productos y servicios más sostenibles. Para las empresas, obtener una certificación verde puede ser mucho más que una simple acción simbólica; se trata de una estrategia clave para conectar con consumidores conscientes y demostrar que sus operaciones están alineadas con la preservación del medio ambiente. Los consumidores de hoy en día son cada vez más exigentes, y muchos prefieren invertir en productos o servicios que cuenten con la validación de un sello verde que garantice que han sido producidos bajo prácticas responsables.
Los sellos de sostenibilidad abarcan diversos aspectos, desde la gestión de residuos hasta el uso eficiente de los recursos naturales o la reducción de la huella de carbono. Sin embargo, el proceso para obtener estas certificaciones no es sencillo. Es necesario cumplir con una serie de requisitos, muchas veces establecidos por entidades internacionales, que aseguran que las empresas estén comprometidas con la mejora continua en su impacto ambiental.
Tipos de certificaciones de sostenibilidad.
Antes de entrar en los detalles de los procesos legales, es importante entender los tipos de certificaciones que existen. Hay diferentes sellos dependiendo del sector y del tipo de compromiso ambiental que se desee resaltar. Algunos de los más comunes incluyen:
- ISO 14001: esta es una de las certificaciones más reconocidas a nivel mundial. Se enfoca en la gestión ambiental dentro de las organizaciones y garantiza que una empresa tiene un sistema de gestión ambiental efectivo. Obtenerla no solo implica cumplir con regulaciones, sino también adoptar políticas proactivas que favorezcan la sostenibilidad. Además, promueve la mejora continua, exigiendo a las organizaciones una revisión periódica de sus prácticas y resultados, lo que la convierte en una herramienta útil para mantener la eficiencia a largo plazo.
- EMAS (Eco-Management and Audit Scheme): este es otro de los estándares europeos más utilizados para empresas que desean implementar prácticas de gestión ambiental. A diferencia de la ISO 14001, EMAS incluye un componente de auditoría pública, lo que garantiza que los informes sobre el desempeño ambiental sean transparentes y verificables. De esta forma, no solo se facilita el cumplimiento interno, sino que también se permite que las partes interesadas, como consumidores y autoridades, puedan acceder a información sobre las actividades y mejoras ambientales de las empresas certificadas.
- B Corp: esta certificación se enfoca tanto en la sostenibilidad medioambiental como en el impacto social y económico de la empresa. Se evalúan factores como la equidad laboral, la transparencia y la relación con la comunidad, lo que convierte a B Corp en una de las certificaciones más integrales del mercado. Las empresas que obtienen esta certificación demuestran su compromiso con la creación de un valor social, no solo económico, asegurando que sus prácticas comerciales sean responsables en múltiples aspectos.
- Certificados específicos de productos: dependiendo del sector, existen sellos como el Fair Trade o el Forest Stewardship Council (FSC), que aseguran que los productos han sido fabricados siguiendo criterios éticos y responsables, como el comercio justo o la protección de los bosques. Estos certificados permiten a los consumidores tomar decisiones informadas sobre los productos que compran, respaldando aquellos que promueven prácticas más sostenibles y respetuosas con las comunidades y el medio ambiente.
Los procesos legales para obtener una certificación verde.
Ahora que tenemos claro qué tipo de certificaciones existen, es hora de analizar cómo se obtiene cada una de ellas, en términos legales. Conseguir un sello verde no es algo que se logre de la noche a la mañana, y el proceso puede implicar varios pasos complejos que requieren de un conocimiento detallado de las normativas medioambientales vigentes en cada región.
- Evaluación inicial de la situación ambiental de la empresa.
Antes de lanzarse a obtener cualquier tipo de certificación, las empresas deben realizar una autoevaluación para conocer su situación actual en cuanto a prácticas sostenibles. Este paso implica revisar todos los procesos, desde la producción hasta el transporte, el consumo de energía, el tratamiento de residuos y el uso de materiales reciclables. Este análisis puede ser complicado, pero existen empresas especializadas que ayudan a las organizaciones a realizar este diagnóstico, guiándolas en los primeros pasos hacia la obtención del sello verde.
En este punto, muchas empresas deciden recurrir a consultoras externas especializadas, como nos comentan desde Trámites Fáciles Santander, quienes explican que, al acompañar a las organizaciones en los trámites para obtener certificaciones medioambientales, logran agilizar el proceso y asegurar que se cumplan todos los requisitos establecidos.
- Adecuación de la empresa a los requisitos de la certificación.
Una vez realizada la evaluación inicial, las empresas deben adecuar sus procesos a las exigencias del tipo de sello que desean obtener. Esta fase implica ajustar prácticas y, en algunos casos, realizar inversiones para optimizar los recursos y reducir el impacto ambiental. Por ejemplo, si se busca obtener la ISO 14001, la empresa debe cumplir con una serie de normativas, como la mejora continua de su gestión ambiental y la integración de objetivos sostenibles en su estrategia corporativa.
Esta fase también puede implicar la capacitación de los empleados para que comprendan la importancia de las prácticas sostenibles, así como la creación de nuevos protocolos internos que aseguren que todas las operaciones se alineen con los requisitos establecidos por la certificación.
- Presentación de la solicitud y auditoría externa.
Una vez que la empresa ha realizado las modificaciones necesarias, debe presentar una solicitud formal a la entidad certificadora. Este proceso conlleva una auditoría externa, donde un organismo independiente revisará las operaciones de la empresa para verificar si se cumplen los estándares requeridos para la certificación.
Este paso puede resultar intimidante para algunas empresas, ya que implica la revisión exhaustiva de todos los procedimientos y políticas implementadas, pero es una etapa imprescindible para obtener el sello. Si se cumplen los criterios establecidos, la entidad certificadora emitirá el sello correspondiente, que acreditará a la empresa como sostenible según los estándares definidos por la certificación.
- Mantenimiento y seguimiento.
Obtener una certificación de sostenibilidad no es algo que se logre de forma definitiva. Para mantener el sello verde, las empresas deben seguir cumpliendo con los requisitos establecidos y someterse a auditorías periódicas que verifiquen que continúan operando bajo las prácticas que les permitieron obtener el reconocimiento en primer lugar. En muchos casos, las certificaciones requieren la mejora continua, lo que significa que las empresas deben demostrar un esfuerzo constante por reducir su impacto ambiental.
Este proceso de mantenimiento también puede involucrar la adaptación a nuevas normativas o la implementación de tecnologías más avanzadas para mejorar la eficiencia en el uso de recursos.
Beneficios más allá de la certificación.
Aunque obtener una certificación de sostenibilidad es un proceso que puede resultar largo y caro, los beneficios que ofrece a las empresas van mucho más allá de simplemente conseguir un sello. Las ventajas incluyen la mejora de la imagen corporativa, un mayor acceso a mercados internacionales, el cumplimiento con normativas ambientales, y la reducción de gastos a largo plazo.
Además, muchas de estas certificaciones también pueden abrir la puerta a nuevas oportunidades de negocio. Los consumidores están dispuestos a pagar más por productos que sepan que han sido elaborados de manera responsable. Asimismo, las empresas que obtienen sellos verdes se posicionan favorablemente frente a los inversores y entidades financieras que priorizan la sostenibilidad en sus decisiones.
El futuro de las certificaciones de sostenibilidad.
A medida que las preocupaciones ambientales siguen ganando terreno, el futuro de las certificaciones de sostenibilidad parece más prometedor que nunca. La legislación está avanzando para exigir prácticas más sostenibles, y cada vez más empresas se están dando cuenta de que adoptar estas prácticas es algo más que una moda, es una necesidad para sobrevivir en un mercado que valora la responsabilidad social y ambiental.
Si bien actualmente los procesos legales para obtener estos sellos pueden ser complejos, es probable que con el tiempo se establezcan sistemas más accesibles y estandarizados. De hecho, en algunos países ya se están promoviendo iniciativas para simplificar los trámites y ayudar a las empresas a obtener estas certificaciones de manera más ágil y económica.
El camino hacia la sostenibilidad puede ser largo, pero aquellos que decidan tomarlo, sin duda, estarán mejor posicionados para afrontar los retos del futuro.