Supongo que de todos es sabido que para evitar pérdidas de memoria y demás problemas que pueden sobrevenirnos con la edad, lo mejor es trabajar con actividades mentales que nos ayuden a retener y a tener la mente activa. Cuantas más actividades diferentes realicemos mucho mejor, pero a veces solo es necesario tener un buen hábito de lectura para conseguir mantenernos en forma y por eso se notan muchas diferencias entre quien se limita a ver televisión en su tiempo libre y quien prefiere realizar otro tipo de actividades.
De hecho, hay una creencia errónea de que aquella persona que ha estudiado y es más culta, teóricamente, conservará mejor sus capacidades en la vejez, pero hay muchos factores que influyen en esa afirmación y el principal es el entrenamiento al que sometamos a nuestro cerebro en la edad adulta. De nada sirve haber sido una eminencia en la carrera universitaria cuando teníamos 20 años si luego abandonamos la lectura y las actividades mentales. De hecho, entre una persona sin estudios con hábitos de lectura y una persona con estudios que hace años que no toca un libro, os puedo asegurar que obtendremos siempre mejores resultados de aquel que ejercita su mente a día de hoy y no del que lo hizo en el pasado.
Uno de los ejemplos más claros lo tenemos en unas conocidas que, a raíz de la publicación del número de plazas que iban a salir en las próximas oposiciones de enseñanza, decidieron ponerse manos a la obra prácticamente a la vez. Mientras que una, licenciada en Legua y literatura española con un Máster en Estudios Literarios hacía años que no tocaba un libro, la otra, licenciada en Periodismo, había seguido leyendo y escribiendo toda su vida. Amas fueron a buenas academias, una estudió en Preparadores Valladolid y la otra no recuerdo muy bien en qué academia fue, pero también de gran renombre y ambas fueron juntas a clases de inglés para obtener el certificado del título B2 en Pupilos, todo muy similar y, sin embargo, con resultados muy diferentes. Mientras que la estudiante de literatura me confesaba tener dificultades para retener ciertos temas, la estudiante de periodismo tenía una capacidad de concentración envidiable y, probablemente por eso, consiguió superar con éxito los exámenes de la oposición mientras que la otra chica no lo consiguió.
Obviamente hay muchísimos más factores que influyen a la hora de estudiar pero es un claro ejemplo de cómo dos personas que tienen estudios y que, por ende, saben estudiar, obtienen resultados diferentes tras haber optado una por abandonas los libros y haber optado la otra por seguir con ellos de la mano.
Es importante tener activa la mente y podemos hacerlo de mil formas pero la mas sencilla y eficiente es la lectura. No es necesario que leamos libros de historia ni ensayos farragosos para conseguir que nuestro cerebro trabaje, podemos leer lo que queramos, desde novela fantástica hasta libros sobre teorías matemáticas, da lo mismo, de lo que se trata es de mantener activa nuestra memoria, de ejercitar nuestra comunicación verbal y escrita y de no dormirnos en los laureles, así de simple.