Mi padre es un hombre muy activo, pese a que ya tiene 75 años. Camina mucho, sigue haciendo sus cosas con energía de siempre (de hecho, se lleva todo el santo día en la cocina o caminando) y se muestra fuerte. Pero no soy tonta. Sé que la salud es algo que no siempre se puede mantener, y que, con el paso del tiempo, las cosas empiezan a cambiar. Y uno de los aspectos que más me preocupa, a medida que envejece, es cómo la postura y el cuidado corporal pueden influir en su salud.
Con el tiempo me he dado cuenta de que los muebles en los que nos sentamos, dormimos o descansamos pueden ser buenos o, por el contrario, causarnos problemas. No es solo cuestión de que se vean bien, sino de cómo afectan a nuestra salud. Aunque mi padre está bien ahora, con los años los dolores y problemas de postura empiezan a aparecer sin que nos demos cuenta.
Esto es algo que no hay que ignorar, y por eso he tenido que involucrarme para asegurarme de que él, y otras personas mayores, cuiden su cuerpo de la mejor manera.
La importancia de la postura
Si pensamos en cómo pasamos el día, muchos de nosotros no le damos mucha importancia a la postura. ¿Cuántos pasamos horas sentados frente a la televisión, leyendo o descansando en el sofá?
A veces no somos conscientes de que una mala postura, repetida todos los días, puede ser la causa de dolores musculares, problemas de espalda e incluso trastornos más graves. Y no solo los mayores están en riesgo. Con el tiempo, todos podemos acabar con estos problemas si no prestamos atención a cómo nos sentamos, dormimos o descansamos.
Uno de los hábitos que más influye en nuestra postura es cómo nos sentamos. Si pasamos mucho tiempo en un sofá o silla que no nos da buen soporte, los músculos de la espalda se sobrecargan. Es común que empiecen los dolores en la zona lumbar, cuello y hombros, especialmente si nuestra postura no es la correcta. Lo mismo pasa cuando dormimos. Un colchón o una almohada inadecuados pueden empeorar todo.
No se trata solo de comodidad, sino de cuidar nuestra postura para evitar lesiones que podrían ser graves con el tiempo. Por eso es importante elegir bien los muebles y estar atentos a nuestra postura a lo largo del día.
Lesiones por dormir mal
El sueño es otro factor muy importante para nuestra salud postural. A veces no pensamos en ello, pero la calidad del colchón y cómo dormimos afectan mucho a cómo nos sentimos al despertar. Dormir en una mala postura durante años puede generar tensión en los músculos y las articulaciones, y eso puede causar dolores constantes. Los colchones muy duros o muy blandos no ayudan a mantener la columna vertebral alineada mientras dormimos.
Mi padre, por ejemplo, siempre ha preferido colchones duros, pero sé que a veces lo que preferimos no es lo mejor para nuestra salud. No tener el soporte adecuado al dormir puede traer problemas graves a largo plazo. Los dolores en la zona lumbar, el cuello y los puntos de presión en los hombros y las caderas son comunes por elegir un colchón inapropiado. Por eso, me he dado cuenta de la importancia de cambiar ese colchón viejo que ya lleva años. Cuidar el sueño y la postura mientras dormimos es clave para evitar dolores y sentirnos mejor cada día.
El impacto de los muebles en nuestra salud postural
Elegir los muebles no solo se trata de que se vean bonitos o sean cómodos.
Los sofás, sillas, camas y mesas deben tener el soporte adecuado para mantener una postura correcta, tanto cuando estamos descansando como cuando estamos activos. Si no tenemos en cuenta esto al elegirlos, podemos forzar nuestro cuerpo a adoptar malas posturas durante mucho tiempo.
Por ejemplo, los sofás bajos o demasiado blandos pueden hacer que nuestra pelvis se incline hacia adelante, lo que crea una curvatura no natural en la parte baja de la espalda. Esto pone tensión en los músculos de la zona lumbar, causando dolor y molestias. Lo mismo pasa con las sillas. Si no tienen buen soporte para la espalda, tendemos a inclinarnos hacia adelante o a encorvarnos, lo que estresa la columna vertebral.
Para las personas mayores, es aún más importante que los muebles les den un buen soporte. Con la edad, los músculos se debilitan y las articulaciones son más frágiles. Los muebles mal diseñados pueden hacer que la postura sea incorrecta, lo que puede causar o empeorar dolores.
Elegir muebles adecuados es clave para cuidar la salud postural, especialmente en personas mayores.
Consejos para elegir muebles que cuiden tu salud postural
Ahora que entiendo la importancia de cuidar la postura, he empezado a tomar decisiones más informadas sobre los muebles para mi padre. A continuación, te comparto algunos consejos prácticos para elegir los muebles adecuados, no solo por estética, sino también para que protejan tu salud postural:
- Habla con el vendedor: Este consejo nos lo ofrecen desde Muebles Morte, tienda de muebles en Valencia que se caracteriza por ofrecer muebles baratos de alta calidad, respaldada por un equipo de profesionales con amplia experiencia en el sector mobiliario. Nos explican que hablar con el vendedor te da la oportunidad de preguntar sobre el soporte que ofrecen los muebles. Si compras un sofá, una silla o una cama, asegúrate de que el vendedor pueda explicarte cómo el mueble ha sido diseñado para proporcionar un buen soporte postural. Pregunta sobre los materiales, la firmeza y la ergonomía del mueble. A veces, un vendedor experimentado puede darte una gran cantidad de información sobre qué opción es la mejor según tus necesidades.
- Comodidad y soporte, no solo apariencia: Al elegir un sofá o una silla, asegúrate de que ofrezcan un buen soporte lumbar. Una silla de oficina o un sillón de lectura debe tener respaldo que te ayude a mantener la curvatura natural de tu espalda. Evita los sofás que se hunden demasiado y aquellos que no tienen suficiente apoyo para la espalda.
- Elige un colchón adecuado: El colchón es uno de los muebles más importantes para cuidar la postura durante el descanso. La regla general es que un colchón ni muy duro ni muy blando es lo ideal. Asegúrate de que tu colchón mantenga la alineación de la columna vertebral durante la noche, sin hundirse o ser demasiado firme. Los colchones ortopédicos son una excelente opción para las personas mayores que necesitan un mayor soporte.
- Almohadas que acompañen tu postura. Las almohadas también juegan un papel fundamental en la postura. No basta con tener un buen colchón, las almohadas deben ayudar a mantener el cuello en una posición neutral, evitando que se incline hacia adelante o hacia los lados. Para las personas mayores, las almohadas ortopédicas pueden ser una excelente opción.
- Altura de las sillas y sofás: La altura de los muebles también es crucial, sobre todo para las personas mayores que pueden tener dificultades para levantarse. Asegúrate de que las sillas y sofás tengan una altura cómoda para poder sentarse y levantarse sin esfuerzo. Los muebles demasiado bajos pueden dificultar estos movimientos y poner en tensión las articulaciones.
- Considera la movilidad: Los muebles deben permitirte moverte con facilidad. Si tienes dificultades para levantarte o cambiar de posición, busca sillas o sofás con apoyabrazos firmes que te ayuden a levantarte, y asegúrate de que la cama tenga una base adecuada para evitar dolores al intentar levantarte por la mañana.
- Prueba antes de comprar: Si es posible, siempre es mejor probar los muebles antes de comprarlos. Si vas a comprar un sofá, sienta y asegúrate de que se adapta a tu cuerpo. Si compras una cama, haz lo mismo con el colchón. Es importante que el mueble se ajuste a tus necesidades y te proporcione el confort necesario sin forzar tu postura.
Cuídate, por favor
A mis 34 años, me he dado cuenta de lo importante que es cuidar la postura. No solo cuando estamos sentados, sino también al caminar, correr o dormir. Si no estamos atentos, podemos empezar a sentir dolores, como en la espalda o el cuello. Al principio no parece grave, pero con el tiempo esos dolores pueden empeorar.
Por ejemplo, si nos sentamos mal frente al ordenador, caminamos de una forma extraña o dormimos en un colchón que no nos da buen soporte, estamos forzando el cuerpo sin darnos cuenta. Aunque no lo notemos al principio, con los años puede ser un problema mayor. Y eso puede afectarnos más de lo que pensamos.
Por eso me preocupa tanto la postura, tanto la mía como la de mi padre. Mantener una postura correcta es fácil de hacer si estamos atentos. Solo tenemos que pensar en cómo nos movemos, cómo nos sentamos y cómo descansamos. Cuidar la postura no solo ayuda a evitar dolores, también nos da más energía, mejora la circulación y nos hace sentir más cómodos.
Además, es una forma de cuidar nuestro cuerpo y prevenir problemas futuros.