El turismo conlleva un gran impacto en el medio ambiente y en el patrimonio cultural del que poca gente es consciente. Hasta hace algunos años, este deterioro lo sufrían principalmente los núcleos urbanos de las grandes ciudades, pero cada vez el turista estándar ha ido colonizando más terrenos e influyendo fuertemente en el paisaje gracias al turismo basado en el alquiler de apartamentos en primera línea de playa y al alquiler de casa rurales para escapadas de fin de semana.
Esta clase de turismo, muy popular en ciertas zonas de España, como Guadalest o Albacete, es muy aconsejable para unas vacaciones en familia de fin de semana en una casa rural. Si nos gusta este tipo de planes vacacionales, quizá sería conveniente entender cómo podemos colaborar en que el desgaste que provocamos sea mínimo. Para ello sería conveniente distinguir los conceptos de turismo natural y turismo ecológico.
El turismo natural tiene como objetivo llevar a cabo actividades recreativas sin deteriorar el entorno natural. Puede ser:
– rural, teniendo por finalidad integrarse en sus costumbres, estilo de vida y tradiciones referentes a la gastronomía, la artesanía, la cultura popular y actividades relacionadas con la zona.
– ecológico, cuando se realizan visitas a parques naturales y reservas con el objeto de conocer la flora y la fauna de la zona
– agrícola y agroecológica, cuando el propio visitante participa de las actividades de la zona, conviviendo con la comunidad, colaborando con las labores agrícolas y consumiendo los alimentos recolectados.
– ornitológico es el que se dedica al avistamiento de ave.
Por otro lado, el ictioturismo se centra en la pesca dentro de áreas naturales permitidas, y el turismo cinegético está enfocado a la caza de animales específicos dentro de ranchos destinados a tal fin.
El turismo ecológico posee un enfoque ético, muy responsable y comprometido con el medio ambiente, primando la sustentabilidad y la preservación de la naturaleza y del paisaje. Además, se prima el respecto a los habitantes locales, lo que ha aumentado el interés por este tipo de turismo, incluso por parte de la ONU durante el año 2002. Además de los impactos negativos que pretende evitar, el turismo ecológico pretende promover la concienciación por el respecto al medio ambiente, y proporcionar beneficios económicos para la conservación, así como experiencias positivas para los visitantes y los anfitriones, apoyando los derechos humanos y sensibilizando el clima político, social y ambiental de los países receptores.
Con todos estos datos, ya estamos preparados para ser turistas responsables y concienciados y, si viajamos en familia, transmitir estos valores de cuidado y respeto a nuestro hijos.