Contar con un coach online especializado en problemas con el alcohol puede marcar un antes y un después en el proceso de recuperación personal. En la sociedad actual, donde el consumo de alcohol está normalizado en muchos entornos sociales y laborales, reconocer la necesidad de ayuda y buscar acompañamiento es un acto de valentía. Tener a disposición a un profesional que te guíe de manera cercana, empática y constante, sin necesidad de desplazamientos físicos ni esperas interminables, representa una herramienta poderosa para quienes desean transformar su relación con la bebida y recuperar su bienestar integral.
Uno de los beneficios más evidentes de trabajar con un coach online es la accesibilidad, ya que, desde cualquier lugar, en cualquier momento, es posible mantener sesiones confidenciales que permiten profundizar en los motivos personales detrás del consumo. Muchas veces, el alcohol se convierte en una vía de escape frente al estrés, la ansiedad, la soledad o incluso el aburrimiento. Un coach bien formado no se limita a juzgar el comportamiento, sino que ayuda a desentrañar las emociones y patrones que lo sostienen, proponiendo nuevas estrategias de afrontamiento más saludables y sostenibles.
Además, el acompañamiento online tiene la ventaja de adaptarse al ritmo y necesidades del usuario. A diferencia de otras formas de tratamiento más rígidas, el coaching permite una interacción personalizada y flexible, centrada en los objetivos reales de la persona. Esto favorece una mayor adherencia al proceso, ya que el individuo se siente comprendido y respetado en sus tiempos, resistencias y avances. A lo largo del acompañamiento, se construye una relación de confianza donde el coach actúa como espejo, motivador y guía, ofreciendo no solo orientación técnica, sino también un apoyo humano crucial para sostener el cambio.
Desde el punto de vista de la salud física, reducir o eliminar el consumo de alcohol con el apoyo de un coach trae múltiples beneficios. La mejora en la calidad del sueño, la disminución de la presión arterial, la pérdida de peso, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la regeneración del hígado son algunos de los cambios que se experimentan en las primeras semanas de abstinencia o reducción. Estos resultados positivos, cuando se consiguen con acompañamiento, tienen un impacto más profundo y duradero, porque no se trata solo de dejar de beber, sino de comprender el porqué de esa decisión y de fortalecer la motivación interna que la sustenta.
Desde el ámbito emocional, trabajar con un coach permite reconectar con uno mismo y desarrollar habilidades que favorecen el equilibrio mental. La autoestima mejora, se refuerza la autonomía personal y se recupera la claridad mental que muchas veces queda nublada por el consumo. También se aprende a gestionar situaciones de riesgo, presiones sociales o momentos de debilidad con recursos prácticos que se adaptan a la vida real. Al hacerlo de forma online, se mantiene un vínculo cercano que puede sostener el proceso en momentos clave, evitando recaídas o abordándolas con compasión y sin culpa.
Por otra parte, el coaching online fomenta la prevención y el desarrollo de hábitos positivos que se integran en la vida cotidiana. En este contexto, desde Remember the now nos explican que lejos de ser un tratamiento reactivo, se convierte en una herramienta proactiva para rediseñar la relación con uno mismo y con los demás. Muchas personas que atraviesan un proceso así descubren que el cambio no solo afecta su relación con el alcohol, sino que impacta positivamente en sus vínculos afectivos, su rendimiento laboral, su claridad de propósito y su sensación general de bienestar.
¿Cuántas hombres y mujeres sufren problemas con el alcohol en nuestro país?
En España, los problemas relacionados con el consumo de alcohol afectan a una parte importante de la población, aunque existen diferencias significativas entre hombres y mujeres tanto en la frecuencia como en la intensidad del consumo. Según la Encuesta de Salud más reciente del Instituto Nacional de Estadística, alrededor del 31 % de los adultos consume alcohol de forma semanal. Esta cifra se desglosa en un 40,8 % de hombres frente a un 22 % de mujeres, lo que evidencia una mayor prevalencia del consumo regular entre la población masculina.
Cuando se analiza el consumo diario, la brecha de género se hace aún más evidente: el 12,3 % de los hombres consume alcohol todos los días, en comparación con solo un 3,3 % de las mujeres. Otro patrón preocupante es el del consumo intensivo ocasional, conocido como “binge drinking” o consumo en atracón. En este caso, el 7,8 % de los adultos declara haber tenido episodios mensuales de este tipo, siendo los hombres quienes lo practican con mayor frecuencia (10 %) en comparación con las mujeres (5,7 %).
Más allá de los hábitos ocasionales o sociales, existe un segmento de la población que presenta un consumo de riesgo según la herramienta de evaluación AUDIT, desarrollada por la Organización Mundial de la Salud. En España, aproximadamente el 6,5 % de las personas de entre 15 y 64 años encajan en esta categoría. Nuevamente, el problema es más pronunciado entre los hombres: un 8,2 % frente a un 2,5 % de mujeres. Esta diferencia refleja no solo una mayor cantidad de hombres con patrones de consumo preocupantes, sino también un enfoque que muchas veces ha invisibilizado el sufrimiento femenino asociado al alcohol, por no corresponder a los estereotipos habituales del consumo problemático.
Los datos también muestran que el consumo anual de alcohol es generalizado. Según estudios recientes, el 82 % de los hombres entre 15 y 64 años consumieron alcohol al menos una vez en el último año, mientras que en el caso de las mujeres la cifra se sitúa en el 71 %. Esto indica que, aunque el consumo moderado está ampliamente extendido en ambos sexos, los hombres tienen una tendencia más marcada a consumir con mayor frecuencia e intensidad.