La alimentación es primordial para tener una salud integral óptima, sin embargo, todos sabemos que llevar una alimentación balanceada, no suele ser muy sencillo por varios factores, entre ellos el tiempo. Por lo que en muchos casos, recurrimos a la solución más sencilla, que termina siendo la comida rápida.
La comida rápida, suele ser una solución inmediata y sencilla, si consideramos el ritmo de vida actual que llevamos. Con jornadas tan complicadas, como las que suelen tener la mayoría de los adultos, a veces no es tan sencillo hacer las compras y tomar un tiempo para preparar comida casera, pues sabemos que el tiempo invertido no es solamente el de la preparación, sino que la planificación previa, de investigación de recetas, etc, es un tiempo que solemos utilizar en otra cosa, sea en trabajo, descanso, en mantener la vida social, en el transporte de un lado a otro, por lo que a veces, ir a comprar a nuestro lugar de comida favorito, puede ser no solamente más rápido, sino infinitamente más cómodo.
Si bien es cierto que la comida rápida es deliciosa y que en más de una oportunidad nos ha salvado en un momento de necesidad, el consumo frecuente de ella, puede hacerle daño a nuestra salud integral, y en ello incluimos a la salud bucal. El consumo de constante de este tipo de alimentos, tiene efectos negativos que pueden generar problemas de salud complicados.
Efectos de la comida rápida en el cuerpo
Como comentamos anteriormente, hay algunos efectos negativos generados por la ingesta frecuente de la comida rápida, los cuales comentaremos a continuación, esto con la finalidad de dar a conocer los riesgos que se pueden correr si el consumo de estos alimentos se hace de forma irresponsable:
- Puede producir enfermedades renales: Los niveles elevados de grasas «malas» y el sodio de la sal afecta el balance sodio-potasio del cuerpo, generando hipertensión. Como los riñones son los encargados de filtrar las toxinas de la sangre, la ingesta de mucha comida rápida tiene un efecto directo en su funcionamiento.
- Puede generar problemas de memoria y aprendizaje: comer comida rápida de forma regular puede deteriorar la memoria, que seguramente derive del hecho de que las dietas pobres y tóxicas pueden generar ciertas reacciones químicas que llevan a la inflamación del hipocampo, asociada a la memoria y el reconocimiento.
- Provoca fatiga y debilidad: Este tipo de alimentos carecen de nutrientes esenciales como las proteínas o vitaminas que el organismo requiere para mantenerse saludable y funcional. Si bien tienes la sensación de estar lleno y satisfecho, no te provee de energía, por lo que en poco tiempo te sientes débil y cansado.
- Aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares: La comida rápida está principalmente conformada de grasas saturadas y grasas trans, que aumentan directamente los niveles de triglicéridos y colesterol «malo» en la sangre, lo que lleva a la formación de placas y de enfermedades cardiovasculares.
- Puede dañar tu hígado: El consumo de comida rápida durante un cierto período de tiempo genera un efecto dañino similar al efecto del alcohol en el hígado.
- Aumenta el riesgo de padecer cáncer: La falta de fibra es el principal motivo de por qué el consumo de comida basura se asocia a un mayor riesgo de cáncer en el sistema digestivo. El consumo excesivo de alimentos con alto contenido graso y de azúcares, puede aumentar las probabilidades de padecer cáncer colorrectal.
- Puede causar diabetes tipo 2: Una de los factores que más contribuyen al aumento de los casos de diabetes son las dietas poco saludables. Las dietas saludables proveen al cuerpo de un flujo constante de glucosa, que ayuda a mantener la sensibilidad a la insulina. Cuando consumimos comida rápida, el estrés que genera en el metabolismo afecta la capacidad del cuerpo de utilizar la insulina correctamente.
- Aumenta el riesgo de demencia: Un estudio sostiene que el exceso de comida basura y dulces puede aumentar sustancialmente los niveles de insulina en el cuerpo, y que al igual que con la diabetes tipo 2, el cerebro deja de responder a esa hormona y se vuelve resistente a ella. Esto puede restringir nuestra habilidad de razonar, crear recuerdos y por tanto, aumentar el riesgo de padecer demencia.
Comida rápida y salud bucal
Como mencionamos anteriormente, la salud integral se ve afectada si el consumo de comida rápida es constante y si no se toman las medidas para minimizar estos efectos, lo mismo ocurre con la salud bucal, para conocer qué patologías se pueden presentar, conversamos con el equipo de especialistas de CML Odontólogos quienes se encargaron de explicarnos los peligros que corremos si no somos responsables con la ingesta de este tipo de alimentos.
- Mayor riesgo de peridodontitis y gingivitis debido al riesgo de diabetes: Como este tipo de comida no tiene fibras, su consumo lleva directamente al aumento en los niveles de azúcar en sangre. La diabetes es una enfermedad que repercute muchísimo en la salud oral aumentando el riesgo de periodontitis y gingivitis.
- Erosión del esmalte y caries: estos alimentos suelen contener elevadas cantidades de sal y azúcar (incluso en los que no parecen dulces). Las bacterias presentes en la dentadura se nutren de estos dos componentes generando ácidos que erosionan el esmalte. Por las características de estos alimentos es más fácil que se queden adheridos restos a los dientes, por lo que el daño se acentúa si no nos cepillamos bien tras las comidas. Como su consumo suele estar asociado a las comidas fuera de casa es muy importante acordarse de llevar siempre un kit de higiene bucodental para limpiar la boca a continuación (incluido el hilo dental).Otra posible alternativa es comer una fruta “que limpie” como una manzana, o, en su defecto, beber un vaso de agua para ayudar a que se limpie la boca y minimizar los daños.
- Daños en el esmalte: Las bebidas que vienen habitualmente con los menús de los ‘fast food’, son excesivamente azucaradas y carbonatadas, lo que provoca el doble de daño al esmalte dental. Lo mejor es beber agua (que hidrata y favorece la limpieza dental) pero en caso de beber refrescos, es mejor hacerlo a través de una pajita.
Comida rápida saludable
Es indiscutible que el ritmo de vida actual es complicado y que en muchos casos, el factor tiempo es el que termina siendo el responsable de que optemos por comprar cualquier cosa en cualquier restaurante y seguir con nuestra jornada sin prestar mucha atención a lo que estamos comiendo.
Otro factor importante es que los sabores propuestos en la comida rápida son irresistibles, y es cierto que es algo a lo que por línea general, nadie quiere renunciar, y lo interesante es que no tenemos por qué hacerlo. Lo que conocemos por comida rápida, puede y se ha adaptado al movimiento “fast good” que no es otro que hacer de la deliciosa comida rápida, uno más saludable. Los cambios en este sentido, no son ni complicados y mucho menos son imposibles. Desde hace unos años, el consumidor ha tomado un poco más de conciencia con respecto a la alimentación y es gracias a ello que el movimiento “fast good” cada día se adueña de más espacios.
Una de las cosas que podemos hacer para mejorar nuestros hábitos alimenticios sin tener que renunciar a nuestros platos favoritos de comida rápida, es encontrar un lugar en el que los alimentos sean procesados de manera artesanal. Es completamente diferente comer una hamburguesa de una cadena, a comerla en un negocio pequeño, que prepare sus carnes y que compre sus productos en un mercado local. La forma de preparación, de cocción, la presentación, el sabor es completamente diferente, pues todo se hace en el lugar y esos detalles son mucho más cuidados que en una gran cadena de comida.
Lo mismo aplica para la preparación de alimentos en casa. No tenemos que cambiar enteramente nuestros gustos alimenticios, por el contrario, solamente haciendo algunas adaptaciones pequeñas, podemos ayudarnos y complacernos. Un ejemplo de lo que podemos hacer es comprar y preparar nuestra carne para hamburguesas, en lugar de comprar las que ya vienen listas y empaquetadas. Con este pequeño cambio, estamos garantizando que nuestros alimentos no tienen conservantes, lo que los convierte inmediatamente en alimentos más sanos.
En lo que se refiere a la salud dental, lo importante ser muy cuidadosos con la higiene bucal, realizar el cepillado correctamente, utilizar el hilo dental, visitar al dentista, mantener una alimentación lo más sana posible, y en caso de consumir frecuentemente este tipo de alimentos, tomar las medidas necesarias y las recomendaciones necesarias para minimizar el daño tanto a nivel bucal, como en la salud integral.
Existen cientos de opciones de alimentación en las que no tenemos que renunciar a lo que conocemos como comida rápida, pero haciéndolo de forma más sana. Sin embargo, es importante que todas las adaptaciones que hagamos estén basadas y pensadas en mantener una alimentación balanceada, que nos permita obtener los nutrientes básicos necesarios para el funcionamiento óptimo de nuestro organismo y que a su vez nos permita cuidar y mantener nuestra salud bucal.