El suelo pélvico es una parte de la anatomía de la mujer de la mayor importancia, ya que el tono muscular de esta zona debe ser muy firme puesto que sostiene la parte baja del abdomen con todo lo que esto supone para una funcionalidad adecuada y correcta. Los músculos del suelo pélvico se debilitan por muchas circunstancias, como es el embarazo, el parto, cirugías, menopausia, y otras que hacen que esta debilitación se acentúe paulatinamente y llegue a ser un serio problema, pudiendo provocar incontinencias, problemas en las relaciones sexuales, prolapso genital.
Para fortalecer los músculos del suelo pélvico existen varias técnicas y tratamientos, la gimnasia abdominal hipopresiva, la electro-estimulación, mesoterapia y cinsiterapia. Uno de los tratamientos más recomendados es la realización de los ejercicios Kegel que consisten en la contracción de los músculos del suelo pélvico, una vez identificados correctamente los músculos que debes contraer, estos ejercicios pueden realizarse cuantas veces se desee, y se pueden realizar en cualquier momento, en el domicilio, o mientras estés sentada en tu puesto de trabajo, con una privacidad totalmente garantizada. Trabajar estos músculos con ejercicios diarios y continuados, es una de las mejores terapias para mantener un suelo pélvico fuerte y tonificado.
Trabajar correctamente el suelo pélvico te evitará muchos problemas ginecológicos tanto ahora como en el futuro, podrás disfrutar de la vida más plenamente, con más calidad de vida tanto en la etapa de las menstruaciones, como en la menopausia, como en tus relaciones de pareja, en el deporte, etc., evitando disfunciones y caídas de órganos tan importantes como el útero. Trabajar y mantener en forma el grupo muscular del suelo pélvico es muy beneficioso para la mujer, y mejorará su calidad de vida en muchos aspectos.
Aspectos de la vida que afectan al suelo pélvico
-En el embarazo. En esta etapa crucial de la vida de la mujer el suelo pélvico sufre más por el peso que se concentra en el abdomen, a que los tejidos se hacen más laxos por el efecto de las hormonas y se van distensionando a medida que el bebé se coloca y pasa por el canal del parto.
-En la menopausia. En este periodo tan crítico de la vida de las mujeres, los cambios hormonales pueden generar atrofias y un bajo tono muscular de los tejidos de la zona genital. Y más aún en la postmenopausia, en la que se hacen notar mucho más los efectos del debilitamiento del sistema muscular y los ligamentos que sujetan la vejiga, útero y recto, lo que puede dar lugar a complicaciones tan importantes como incontinencia urinaria de esfuerzo, lo que ocurre al hacer deporte, toser, estornudar…
-Disfunciones sexuales. El llamado síndrome de hiperlaxitud vaginal se produce cuando la vagina queda muy dilatada tras un parto, con lo que las relaciones de pareja pierden calidad y sensaciones.
-Prolapso, que se produce cuando uno o varios órganos de la cavidad pélvica descienden hacia el exterior, con la aparición de un bulto en los genitales.
Qué deportes van bien y cuales no para reforzar el suelo pélvico
Uno de los mejores deportes para el cuidado del suelo pélvico es la natación, pues no es un deporte de impacto, y si se practica regularmente ayuda a perder peso lo que siempre favorece el fortalecimiento de estos músculos.
Actividades como el yoga o el pilates son muy recomendables, ya que se trata de ejercicios –asanas- acompañados de respiración diafragmática que favorecen la flexibilidad muscular y producen muchos beneficios.
El running como actividad deportiva individual crece continuamente y tiene cada vez más adeptos y aunque aporta grandes beneficios a la salud, no es recomendable para fortalecer el suelo pélvico, y es uno de los deportes de impacto que influyen negativamente en este grupo muscular.
Tampoco el pádel ni el tenis son recomendables en un programa para fortalecer el suelo pélvico, ya que se producen movimientos repetitivos que provocan aumento brusco de la presión abdominal en esta zona.
Montar en bici no es un deporte que impacte mucho en el suelo pélvico, con la excepción de diferentes posturas que se pueden adoptar en función de la irregularidad del suelo, en estos casos el levantarse del sillín y pedalear en esta posición provoca presión sobre la zona pélvica. En general, los deportes que implican saltos repetidos son negativos para el suelo pélvico.
Los ejercicios realizados para trabajar el suelo pélvico antes del embarazo previenen complicaciones de salud, y lo ideal es continuar trabajando en este sentido después del parto. Sería recomendable ejercitar estos músculos desde una edad temprana, así se reducirían las posibilidades de problemas de incontinencias, atrofias y prolapsos en el futuro. Los ejercicios de Kegel son los más adecuados y se puede aprender su técnica en un centro de fisioterapia especializado, para después poderlos realizar en cualquier momento y situación, nadie lo va a notar. Con unos minutos al día será suficiente. La gimnasia abdominal hipopresiva aumenta el tono abdominal sin incrementar la presión intra-abdominal, por lo que ayuda a tonificar el suelo pélvico y previene la incontinencia de orina. En casos graves de este tipo de incontinencia, leve o moderada, el láser intravaginal es una solución muy eficaz que se aplica a mujeres de cualquier edad.
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