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Dientes de quita y pon

O lo que viene a ser una prótesis removible. Es decir, una prótesis dental fabricada en base a las piezas dentales que faltan al paciente y que se quita y pone, al gusto del portador. Básicamente, esta es la definición de una prótesis removible. La característica principal es la facilidad de colocación y que se quita y pone con facilidad. Para averiguar algo más sobre este tipo de tratamiento odontológico que nace para mantener los dientes sanos en la boca sin tener que recurrir a extraerlos todos para colocar una dentadura postiza, hemos consultado a los profesionales de Clínica La Chicuela.

En palabras de los profesionales, la definición de una prótesis removible, es la que ya hemos dado: se trata de una prótesis que se quita y se pone. Esta prótesis, sustituye las piezas dentales que han sido extraídas o pérdidas de forma removible. Este aparato de quita y pon, a medida cuenta con esas piezas dentales que faltan para completar la dentadura y que esta, siga siendo funcional.

Dentro de este tipo de prótesis que, pueden ser más o menos completas, los profesionales diferencian en tres tipos: esquelético, acrílico y flexible. Cada una de ellas con una finalidad similar y a la vez, diferente. A razón de las circunstancias particulares de cada paciente y sus necesidades, el profesional optará por uno de los diferentes tipos. Veamos con mayor detalle en que consiste cada uno.

Prótesis esquelética

En primer lugar, encontramos las prótesis esqueléticas removibles. Esta categoría, cuenta con una estructura metálica que dispone de unos ganchos. Estos, se colocan en la zona de la boca donde hay dientes. Por ejemplo, en el caso de tener solo dos colmillos, cada uno de los ganchos se coloca en los respectivos colmillos.

La función de los ganchos, es meramente de sujeción. Mantiene la prótesis fija y sujeta impidiendo que se caiga. Este tipo de prótesis, se utiliza en los casos donde el paciente todavía cuenta con suficientes piezas para poder colocar los ganchos. Se trata de un aparato más pesado que otros y a su vez, mas retentivo. Los dientes a los que se van a sujetar los ganchos, son los que van a llevar la fuerza y la carga al masticar. Es decir, al masticar sobre los dientes acrílicos, la fuerza se dirige hacia los ganchos, transmitiéndola a los dientes que sujetan el gancho y tirando de ellos. Contar con un soporte dental fuerte es fundamental para colocar este tipo de prótesis.

Una de los mayores inconvenientes que presenta es que, a pesar de agarra mejor, son los dientes sanos los que llevan la fuerza. Con los años, pueden surgir problemas en esas piezas a las que se transmite la presión. Las consecuencias en los dientes, se traducen en desgastes en el esmalte provocados por la constante aplicación de fuerza no natural al masticar. Esta es una de las razones por la que se aconseja no dormir con ellas.

Otras razones para quitarla a la hora de descansar, son evitar el desgaste si se produce bruxismo, prolongando también la vida útil de la prótesis y para que la encía, descanse. A tratarse de una estructura metálica que cubre la misma, la zona oxigena peor y al menos durante unas horas, la libramos del continuo rozamiento al que está sometida.

Prótesis acrílicas

Cuando el paciente cuenta con poquitas piezas dentales, suele recurrirse a las prótesis acrílicas. Este tipo, también removible y fácil de quitar y poner, se fabrica con material acrílico, de ahí, su nombre. Este tipo de plástico es rígido, pero no se vale del metal para mantener su estructura.

En pacientes con pocas piezas dentales, podría igualmente recurrirse a una prótesis esquelética, sin embargo es necesario que la parte acrílica, la parte rosa de la prótesis que simula la propia encía, de adhiera lo mejor posible a la misma.

Para que se entienda, si solo tenemos tres dientes, todos los dientes faltantes van a ser cubiertos por dientes sobre la misma encía. La prótesis acrílica, posee una mayor capacidad de adaptación a la encía donde se busca, no tanto la retención como el efecto de succión y sellado. La encía debe ser sellada lo mejor posible para que la prótesis, no se levante y se caiga. Aunque se intenta evitar esto en la medida de lo posible, es inevitable que este tipo de prótesis, caiga ya que se trata de un elemento removible que no cuenta con sujeción a una parte fija.

Los protésicos, añaden algún gancho a las piezas dentales que se encuentren bien, aunque inevitablemente, las personas a las que les quedan pocas piezas dentales en la boca, no suelen tener unos dientes suficientemente fuertes y sanos como para soportar la carga.

Una de las ventajas que presenta este tipo frente al anterior, es que, si al paciente le quedan cuatro dientes y pierde uno pasado un tiempo, este puede añadirse a la misma prótesis. Puesto que la base que se une a la encía se fabrica con el mismo material que las piezas, pueden añadirse sin problema, ofreciendo buenos resultados. En el caso de las esqueléticas, la estructura metálica diseñada a medida, impide que la pieza añadida ofrezca el mismo resultado perdiendo su funcionalidad.

Prótesis flexibles

Este último tipo de prótesis es exactamente igual al acrílico, se utiliza para personas que carecen de muchas piezas dentales y están fabricadas con material acrílico que se coloca sobre la encía. Estas en particular se fabrican en materiales concretos conocidos como Flexite o Valpast, según preferencias del protésico.

La mayor diferencia entre estos materiales y el acrílico tradicional, es la flexibilidad que poseen. Esta cualidad, proporciona mayor comodidad al paciente. Aunque algunos refieren un poco mas de rozamiento, debido a esa flexibilidad, también cuentan con su mayor adherencia. Otro factor relevante es que los ganchos que se utilizan, son más estéticos, en lugar de ser metálicos se hacen del color de la encía. Estos caen sobre el diente y lo tapan mínimamente, con lo que se disimulan más y mejor que los metálicos.

Estos tipos de prótesis removibles, se utilizan en los casos señalados: pacientes con pocos dientes sanos o a los que les faltan únicamente algunas piezas. Es decir, se trata de prótesis parciales.

Cabe señalar que en los casos en los que el paciente, no cuenta con ningún diente sano en la boca, pueden utilizar una prótesis completa. Lo que viene siendo una dentadura postiza de toda la vida. Aunque los tratamientos de preferencia cuando no quedan piezas dentales en la boca, es recurrir a los implantes, las dentaduras postizas son una opción más rápida y económica.

A favor de este tipo de prótesis, se encuentra su fácil mantenimiento y su menor coste. Además de que las dentaduras completas han dejado de ser esas piezas rígidas que eran. Los materiales con los que se fabrican, han evolucionado tanto como los materiales de aplicación de otro tipo de tratamientos.

Siendo así, podemos encontrar dentaduras postizas de resina y de resina y metal. Este material, ofrece una buena resistencia, durabilidad y facilidad de uso. Se utiliza indistintamente para simular la encía y los dientes.

Por otro lado, podemos encontrar dentaduras que cuentan con una estructura metálica que refuerza la estructura de la prótesis. En estos casos hay que tener en cuenta que la dentadura será más pesada. Será el dentista quien valore la necesidad y conveniencia de añadir el refuerzo a la dentadura.

Entre sus ventajas podemos añadir la facilidad de colocación que no requiere de cirugía, el coste y el fácil mantenimiento.

También cuenta con una serie de desventajas que hay que tener en cuenta, como la incomodidad para el paciente, ya que se mueve, provoca rozaduras y llagas, hay que quitarla para dormir y reduce el hueso maxilar.

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