Desde el punto de vista de nuestra salud las revisiones médicas son sumamente importantes, ya que en ellas se pueden detectar los primeros síntomas de problemas o enfermedades que a la larga podrían haberse evitado y, centrándonos concretamente en las revisiones odontológicas, esta consideración está muy presente, pues un especialista en odontología puede hallar lesiones o un inicio de patología que para el paciente puede pasar totalmente desapercibida. Según las estadísticas, en nuestro país un 85% de los casos de cáncer oral se diagnostican de forma tardía, lo que ocasiona un peor pronóstico y un tratamiento mucho más complicado.
La clínica dental Galván Lobo, de Valladolid, que está especializada en odontología y cirugía maxilofacial, nació hace 23 años de la mano de los doctores Guillermo Galván Guerrero y Pilar Lobo Valentín y actualmente cuenta con un excelente equipo odontológico altamente competitivo en su sector por su continua formación, participación en los más prestigiosos foros nacionales e internacionales para conseguir un constante aprendizaje y conocimiento de las últimas innovaciones y tecnologías con el fin de buscar la máxima excelencia en los tratamientos aplicados, valorando el riesgo y el pronóstico para lograr unos resultados fiables y predecibles que restablezcan y mantengan la salud oral y maxilofacial de los pacientes a lo largo del tiempo, y priorizando la calidad en todos y cada uno de sus procedimientos. Entre los servicios que ofrecen a sus clientes destacan los de implantología, ortodoncia, cirugía oral y maxilofacial, educación e higiene, estética facial, endodoncia, periodoncia, dolor orofacial y patología de la articulación temporomandibular (ATM), etc.
La prevención en cualquier ámbito de la vida es importante y en la salud bucal mucho más, en una revisión odontológica además de las piezas dentales, se tienen que revisar todas la partes que comprenden la boca como la lengua, los labios, encías, parte posterior de las muelas del juicio, el techo de la boca o paladar, el piso de la boca o la zona debajo de la lengua, la zona interior de las mejillas y de los labios, para descartar cualquier lesión o síntoma que nos haga sospechar que estemos ante un cáncer bucal. Sus síntomas son varios, los más frecuentes suelen presentarse como una pequeña herida, úlcera o llaga que no mejora y no cura, unas manchas rojas o blancas que no desaparecen, sangrados inexplicables de la boca, un bulto en el labio, lengua o cuello, mal aliento constante, dolor en la boca que no desaparece, dificultad para masticar o tragar, entumecimiento de la lengua o de alguna parte de la boca, aflojamiento de dientes, etc.
Los factores de riesgo pueden ser varios y algunos no pueden cambiarse como por ejemplo la edad, ya que existe una mayor incidencia a partir de los 50 años, si bien está demostrado que algunos hábitos de vida favorecen su aparición, como pueden ser:
– Consumo de cualquier tipo de tabaco, ya sea de fumar, como cigarrillos, puros o pipa, o de masticar como betel quid, gutkha o paan, muy consumidos en zonas asiáticas. También es importante en relación con el tabaco, la cantidad diaria que se consuma y el periodo de tiempo que se lleve realizando. Se estima que el tabaco está detrás del 80% de los casos diagnosticados de cáncer oral.
– Consumo de bebidas alcohólicas. Un factor importante para tener en cuenta puesto que 7 de cada 10 personas afectadas por esta enfermedad son bebedores asiduos, aumentando su incidencia si a la vez son consumidores en exceso de alcohol y tabaco.
– Las personas que padecen VIH/SIDA o tienen un sistema inmunitario debilitado.
– Infección por VPH. El riesgo de infección oral causado por el virus del papiloma humano se asocia a ciertas actividades sexuales como sexo oral.
– Una frecuente exposición a la luz solar o rayos ultravioletas puede llegar a desarrollar un cáncer de labios.
Tratamientos más habituales para este tipo de enfermedades
Dependiendo de la fase de desarrollo en que se encuentre la enfermedad, su ubicación o de cuanto se haya extendido, el especialista aconsejará cuál es el tipo de tratamiento más adecuado, siendo los más utilizados:
– Cirugía. Se practica cuando se desea extraer el tumor, así como un área de tejido circundante con la intención de reducir la probabilidad de que quede alguna célula cancerígena.
– Radioterapia. Un proceso de radiación cuyo fin es matar o reducir células cancerígenas.
– Quimioterapia. Consiste en la administración de medicamentos por vía venosa para destruir o matar las células cancerígenas. Actualmente también se suministra en forma de pastillas.