Los accidentes de tráfico en los que se ven implicados animales salvajes ocurren en un alto porcentaje dentro de las carreteras españolas, pues según datos proporcionados por la Dirección General de Tráfico (DGT) en el año 2017, estos animales llegaron a ocasionar un total de 363 accidentes con víctimas, en los que 2 personas han resultado muertas, 28 personas han necesitado hospitalización y 433 han resultado heridas sin llegar a necesitar de hospitalización.
Los animales potencialmente más peligrosos en nuestras carreteras, precisamente por la frecuencia o número de atropellos y accidentes que provocan son los corzos, jabalíes y perros, siendo las carreteras secundarias el lugar donde se produce la inmensa mayoría de estos incidentes, pudiendo ser múltiples sus causas. En primer lugar, la total imprevisibilidad de los animales, seguido de unas malas condiciones de visibilidad o iluminación pues la gran mayoría de los accidentes ocurren al atardecer o en horario de noche, y en ocasiones a una velocidad inadecuada por parte del conductor. Las Comunidades Autónomas que registran, a su vez, un mayor número de siniestros con animales son por este orden, Castilla y León, Galicia y Cataluña.
En caso de circular por zonas donde se pueda prever que haya animales sueltos o en tramos donde la señalización vertical de la carretera nos advierta que su existencia, es aconsejable seguir los siguientes consejos:
- Reducir la velocidad de circulación y aumentar la distancia de seguridad para poder garantizar una mayor capacidad de reacción, así como poder contar con el tiempo y la distancia suficiente ante la aparición de algún animal o cualquier otro imprevisto.
- Si no se puede evitar el impacto contra el animal, intentaremos evitar dar un brusco volantazo ya que las consecuencias podrían ser una salida de vía o un choque contra otro vehículo, por lo que se debe intentar garantizar la máxima seguridad de los ocupantes del vehículo, para ello se sujetará fuertemente el volante y se procurará detener el vehículo de la forma más controlada posible. Además, en el caso de que llevemos una carga importante en el vehículo, para la cual no esté este diseñado, como muebles, bicicletas, cortacésped u otros elementos, lo que debemos de hacer es dejar este traslado en manos de profesionales, puesto que, en caso de frenazo brusco, esta carga podría salir disparada contra nosotros. Así, si vosotros tenéis que realizar algún tipo de porte, nosotros os recomendamos que recurráis a Transportes TransThalia, una empresa de transporte nacional e internacional con un servicio integral, personalizado, ágil, seguro y rentable para el usuario.
- En el caso de que un animal se cruce en la carretera, se debe evitar tocar el claxon de una forma fuerte, con el fin de evitar que se asuste y pueda realizar algún movimiento impredecible. Si no se mueve o aparta se realizarán toques leves o suaves de claxon, si de todos modos no se desvía lo aconsejable es avisar a los servicios de emergencia.
- Los animales son impredecibles, por lo que al pasar junto a ellos se debe hacer de una forma lenta, pues no se sabe cómo pueden reaccionar. Además, se debe tener en cuenta que cerca o en los alrededores puede haber más.
- Las luces del vehículo podrían deslumbrar al animal y provocar que se quede inmóvil en el centro de la carretera, por ello cuando conduciendo divises un animal, si circulas con las luces largas cambia a las de cruce, y si por el contrario conduces con las de cruce no pongas las largas.
En caso de accidente con un animal, ¿quién es el responsable del siniestro?
Dependiendo de que el accidente de tráfico por atropello lo cause un animal de una especie cinegética o un animal doméstico, la responsabilidad del siniestro es totalmente distinta, así podemos distinguir:
- Responsabilidad del conductor. La Ley 6/2014 del 7 de abril, responsabiliza al conductor de los daños o consecuencias de un accidente provocado por especies cinegéticas, al disponer que “en accidentes de tráfico ocasionados por atropello de especies cinegéticas en las vías públicas será responsable de los daños a personas o bienes el conductor del vehículo, sin que pueda reclamarse por el valor de los animales que irrumpan en aquellas”. Solo hay dos excepciones a esta norma.
- Responsabilidad del poseedor del animal. El Código Civil en su artículo 1905, establece que “el poseedor de un animal o el que se sirve de él, es responsable de los perjuicios que causare, aunque se le escape o extravíe. Sólo cesara esa responsabilidad en el caso de que el daño proviniera de fuerza mayor o culpa del que lo hubiese sufrido”. Esta responsabilidad es civil y responde del daño causado por el animal, pero también puede ser responsabilidad penal, si existen heridos o fallecidos.