Acudir a visitar al dentista no es nada barato, y últimamente en este país no estamos para echar cohetes en lo que a economía se refiere, por lo que lo mejor es prevenir antes de curar y tratar de tener unos dientes sanos y, a ser posible, mantenerlos por mucho tiempo. Siempre podemos acudir a los especialistas en implantes dentales en Madrid o en otras ciudades de España, como son los de la Clínica Dental Morante, pero si podemos ir tirando con nuestra propia dentición y simplemente visitar al dentista para las revisiones y comprobar que todo está bien, mucho mejor.
Lo más importante para tener una dentadura sana es cuidarla. Mucho más que ir varias veces al año al odontólogo a que nos haga limpiezas profundas, es conveniente que nosotros en casa sigamos determinados consejos, como cepillarnos los dientes cada día no tres veces como mínimo, sino una vez tras las comidas, de forma que impidamos que los restos y las posibles bacterias aniden entre los dientes. Además, aparte de cepillar las piezas, es conveniente que también repasemos con el cepillo la lengua, donde también se pueden quedar restos. Para esto, existen algunos cepillos que por un lado tienen la típica brocha pero por el otro tienen una superficie rugosa de goma con la que repasar la lengua.
Y hablando de cepillos, tenemos que buscar el mejor para nuestro tipo de boca. Para ello el dentista puede ofrecernos algunas recomendaciones, ya que según la dureza necesitaremos uno u otro. Por ejemplo, si tenemos unas encías sensibles, no podremos usar uno de dureza máxima. Eso sí, lo mejor es que compremos, a ser posible, uno eléctrico, ya que sus filamentos se mueven más que los de uno tradicional manejado por nuestras manos. Y es bueno beber leche y derivados (ricos en calcio, fósforo y vitaminas A, D y B) después de las comidas y antes del cepillado, ya que ayudan a tener unos dientes sanos.
Pero además de un buen cepillo, así como elegir la pasta y el colutorio correctos, es clave nuestra alimentación. Por ejemplo, no debemos abusar de aquellos alimentos que son ricos en azúcares, ya que están entre los principales causantes de la caries, debido a que los hidratos de carbono (o azúcares) son los que reaccionan con las bacterias bucales para formar el ácido, que es realmente el causante de que se desmineralice el esmalte dental hasta llegar a formarse la caries. Tenemos que tener en cuenta que los azúcares los encontraremos, además de en los dulces, en otro tipo de alimentos como las bebidas con azúcares, batidos o zumos, que suelen tener también un alto contenido en ácidos. Las frutas son muy buenas para el cuidado de los dientes y la salud. Al menos, recomiendan los médicos, es conveniente comer unas cinco piezas al día, pero no debemos abusar, ya que estas también tienen azúcares que, aunque naturales, pueden estropear el esmalte dental.
La caries es una enfermedad multifactorial que se caracteriza por la destrucción de los tejidos del diente como consecuencia de la desmineralización provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana. Las bacterias fabrican ese ácido a partir de los restos de alimentos de la dieta que se les quedan expuestos. Pero también puede estar asociada a no usar una buena o adecuada pasta dental, e incluso a problemas de falta de cepillado o de no hacerlo de la forma correcta que recomiendan los profesionales odontólogos.
Dentro de los productos naturales, de los que sí podemos “abusar” es de las zanahorias, las manzanas y el apio, ya que contienen sustancias naturales que ayudan a limpiar los dientes. Así sucede también con el chicle, que ayuda a favorecen que se mantenga limpia la dentición. Eso sí, debemos mascar aquel que no tenga azúcar pero sí xilitol, que es un edulcorante procedente de la corteza del pino. Además, tomar chicle favorece la secreción de saliva, que tiene muchos compuestos antibacterianos.
En cuanto a bebidas, al agua sin gas nos ayuda a proteger la dentición. Las aguas fluoradas suelen relaciones con la reducción de la incidencia de la caries, a diferencia de las que contienen gas, ya que están cargadas de ácido carbónico. El té verde (sin azúcar) es también bueno por su alto porcentaje de flúor y compuestos antioxidantes.