Si bien es verdad que hace un par de semanas hubo un descenso de temperaturas bastante importante debido a la entrada de una ola de frío en toda la península, es ahora, pocos días antes de empezar el invierno según el calendario de las estaciones, cuando parece que las temperaturas se han normalizado a la baja en todas las comunidades, incluyendo el sur español. Hoy mismo, en Andalucía, Murcia y sur de la Comunidad Valenciana, las mínimas están rozando los 6 grados en las capitales y los 0 grados en algunos puntos del interior, mientras que las máximas no subirán de 14 grados centígrados, lo que no está nada mal en la zona de la que hablamos para esta época del año.
Sin embargo, las temperaturas más bajas del último invierno en España se registraron el pasado Enero, debido a una ola de frío siberiano, lo que me deja con la duda de si estamos viviendo ya el invierno más gélido de esta temporada o veremos temperaturas similares a las del año pasado el mes que viene o en febrero. Recordemos que el pasado 18 de enero la nieve llegó al nivel del mar en provincias tan poco propensas a ver este fenómeno atmosférico como Alicante, donde localidades costeras como Dénia, Torrevieja y Orihuela Costa amanecieron blancas cual postal navideña. Pero la temperatura más baja jamás registrada se obtuvo el 17 de diciembre de 1963 cuando el aeródromo de Calamocha, en Teruel, marcó los treinta grados bajo cero.
Todo esto me da que pensar pues no es la primera vez, en estos últimos años, que vemos cómo las temperaturas más bajas se retrasan cada año un poco más. Así, mientras que a mitad de siglo XX el mes de Diciembre solía ser el más frío del invierno, actualmente parecen ser Enero, e incluso Febrero, los meses que más días gélidos registran al año de manera generalizada. Hay quien no ve en esto un problema, pero muchos expertos aseguran que ese retraso del frío tiene su origen en el calentamiento global y el uso excesivo de calefacciones y estufas a nivel mundial.
La calefacción más eficiente
¿Y qué podemos hacer al respecto? Está claro que por muy ecologistas que queramos ser es necesario que nuestros hogares permanezcan a una temperatura adecuada durante todo el año, incluyendo el invierno, porque de lo contrario estaremos expuestos a enfermedades como gripes, constipados, bronquitis que puedan derivar en neumonías, etc. Por todo ello es primordial conseguir una buena calefacción respetuosa con el medio ambiente.
Para empezar hay que tener siempre presente que no es necesario estar en casa, en pleno invierno, paseando en manga corta por el salón, cosa que muchos hacen casi a diario en esta estación. El termómetro no debe superar los 21ºC en invierno para no derrochar energía, pues esa es la temperatura considerada ideal para los hogares en esta época del año. Estando a veinte o veintiún grados con un batín, es suficiente para estar a gusto en casa. Ahora bien, ¿cuál es la calefacción que menos contamina? En Depura.es nos quedamos con los pellets y la calefacción por bomba de calor.
El calor de los pellets y la biomasa
Los pellets son fragmentos de serrín natural seco, sin ningún aditivo, fabricados a veces con restos de madera, otras con virutas, huesos de aceituna, astillas, etc. y que se queman en las conocidas estufas de biomasa produciendo un calor proveniente de energía renovable. De hecho, la cantidad de CO2 que genera su producción es 0. Si estáis interesados en este tipo de calefacción os recomiendo a los profesionales de Pellets del Sur, ellos podrán informaros y asesoraros para obtener el máximo rendimiento con el coste más reducido.
Calefacción por bomba de calor
Las bombas de calor reciben ese nombre por la semejanza de su funcionamiento con el de las bombas que sirven para extraer agua. Producen entre 2 y 5 veces más energía de la que consumen y fueron elegidas por Greenpeace en 2011 como el mejor sistema de calefacción en lo que a eficiencia energética se refiere. Esto es así debido a que su mejor característica es que transportan el calor en lugar de generarlo, desde la tierra que hay bajo nuestros pies hasta el interior de nuestros hogares. Para obtener mayor información os recomiendo García Guirado, una empresa con muchísima experiencia a sus espaldas que se está especializando en eficiencia energética.
Lógicamente, que una vivienda sea respetuosa con el medio ambiente no cambia nada con respecto a la situación global de nuestro ecosistema, pero si todos, o muchos de nosotros, ponemos un granito de arena, podemos cambiar la situación y, probablemente, minimizar los resultados a los que estamos abocados sin excepción por culpa de este cambio climático.